42 ·
Mujer ·
Hetero ·
Granada
1 seguidores ·
📈 46
Vivimos en un mundo que exige perfección, que aplaude lo superficial y silencia al que siente demasiado. Un mundo que juzga sin entender y se ba de los que tropiezan... Como si nunca hubiesen caído.
Me enseñaron a ser fuerte, a callar cuando todo dentro gritaba, a sonreír aunque el alma doliera. Aprendí a construir paredes para no quebrarme, aunque por dentro ya estaba rota. A mantenerme en pie, aunque mis pasos se sintieran como un acto de fe en medio de un vacío profundo.
Mis cicatrices no siempre se ven, pero están ahí, marcando cada batalla, cada silencio, cada palabra que nunca dije por miedo a no ser entendida. Son huellas de todo aquello que enfrenté en soledad, de los días en que tuve que tragarme el llanto para que nadie notara lo roto que estaba mi interior.
Y aunque todavía cargo con sombras, ahora entiendo que no necesito encajar en un molde vacío. Hay belleza en ser distinta, en sentir hondo, en no fingir. Porque ser auténtica en un mundo que premia las máscaras es un acto de valentía.
Entre lo que fui y lo que quiero ser, hay un camino lleno de dudas, tropiezos y aprendizajes. No siempre es fácil avanzar, a veces el miedo se disfraza de seguridad y la incertidumbre grita más fuerte que la esperanza. Pero sigo, porque entendí que cada paso, por pequeño que sea, es un recordatorio de que no me he rendido.
Hoy abrazo mis cicatrices, mis errores, mis caídas... porque también son parte de mí. Porque cada una cuenta una historia de lucha y de supervivencia.
Y aunque aún no tengo todas las respuestas, camino con la verdad en el alma: la mía, la que duele, pero también sana.
No busco perfección, busco paz.
No busco encajar, busco ser. Y en ese camino de búsqueda, aprendí que no se trata de llegar rápido, sino de aprender a caminar más ligero, soltando lo que duele y abrazando lo que me hace crecer